Por: Roberto Morejón
En el Día de la Ciencia en Cuba se destacan los exponentes de esa rama del conocimiento que rubricaron aciertos significativos y los enfrascados hoy en investigaciones clave para preservar la salud de las personas y desarrollar la economía.
Al líder de la Revolución Fidel Castro se le reconoce porque en mil 969 delineó el soporte de la política de formación de recursos humanos y avance profesional y científico de la Revolución.
En esa oportunidad, el político, pensador y estadista sentenció que “el futuro de nuestro país tiene que ser necesariamente un futuro de hombres de Ciencia, un futuro de hombres de pensamiento”.
Por ese camino transitan los cubanos después de integrar un personal preparado y tener en instituciones de altos estudios y polos de investigación a miles de hombres y mujeres, en busca de nuevos descubrimientos o en pruebas clínicas de los hallazgos.
Solo en la salud se cuenta con 225 mil profesionales y un potencial científico que supera los 90 mil, quienes junto a los que están atareados en otras ramas conforman un contingente de altos niveles técnicos y valores humanos.
Los miembros de la comunidad científica bregan en la actualidad para desentrañar las incógnitas de epidemias, sismos y otros desastres, en el combate a los efectos del cambio climático y la concepción de nuevos medicamentos y procedimientos curativos.
En las cayerías cubanas dilucidan la vulnerabilidad y riesgos ante el acelerado proceso inversionista del turismo y en los hospitales ensayan nuevas aplicaciones del Heberferón.
Hablamos de un fármaco único de su tipo para el cáncer de piel y candidato a utilizarse en otras manifestaciones de la enfermedad.
Otros expertos estudian cómo enfocar el acelerado envejecimiento de la población o el sustento de la Tarea Vida, conjunto de acciones hasta el 2 mil 100 para enfrentar el incremento de las temperaturas, nivel del mar y fenómenos meteorológicos extremos.
NO se concibe en Cuba ningún proyecto o política a favor de la cultura ambiental y el desarrollo sostenible sin el aporte de las personas de ciencia.
Esa comunidad se afana por concretar más contribuciones a las transformaciones de la economía y se propone la búsqueda de más emprendimientos, así como la introducción y cierre del ciclo de los patentados.
Si bien el país tiene limitaciones financieras y los científicos deben atemperarse a esas circunstancias, poseerán la mayor cobertura de recursos posible, como ahora, cuando inducen el Programa Nacional de Nanociencia y Nanotecnologías.
El equipamiento requerido es crecidamente costoso, pero los cubanos están decididos a NO quedar rezagados en la búsqueda de productos de alto valor agregado, cada vez más eficaces y competitivos.
